domingo, 1 de abril de 2012

Un ventanal- Día 1 de marzo

Quizás, sea mejor que no te preguntes qué sentido tienen las palabras que ves sobre el papel arrugado. Será mejor, quizás, que acomodes tu pequeño sillón de terciopelo rojo delante de tu ventana y, sientas como, las gotas de lluvia cada vez se hacen más pequeñas.

Te incito a pensar en caminar sobre la lluvia y ver cómo te hago estremecer porque la ropa se empieza a pegar a tu piel.

Ahora, no quiero incitarte a pensar en el por qué de mis palabras, simplemente quiero, que cierres los ojos y, escuches como caen las inmensas gotas, rozando el cristal de un gran ventanal. Siéntelo, porque entonces recordarás como de mis ojos caían las más pequeñas gotas tras el ventanal de tu alma por sentir indiferencia.

Pregúntate por qué, estás sentado delante del ventanal esperando a recordarme.

Quizás ahora sea mejor que arrugues el papel ya arrugado, quizás ahora sea el momento de dar la espalda al ventanal. Quizás ahora veas un gran precipicio por dejar atrás la inmensa lluvia sin pensar en mí, por no pasarte indiferente.

Pregúntate, si tienes miedo de dejar que la lluvia roce mi piel. De que no estremezcas porque nadie te haga estremecer.

Pero, no quiero que te preguntes si, quizás sea mejor que me preguntes si me he ido para siempre y tú no piensas volver.

No tendrás respuesta sin un quizás.

No tendrás pregunta sin preguntarte.

Tendrás un ventanal sin lluvia, por no esperarme.

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