Mi corazón late más lento que mis ganas de ascender, por una vez.
Te sigo, cojo tu mano, impúlsame, por una vez.
Y allí, por primera vez, siento paz en mi interior.
Inspiro y....vuelvo a inspirar para sentir el aroma de una ciudad que, antes, olía mal.
Mis ojos buscan el camino que recorrí durante meses cada mañana, sin rumbo, o cada tarde, con rumbo a alguna parte desconocida.
Allí, arriba, cerca del mar azul de nubes y lejos del olor a sal, puedo intuir cómo, por una vez no puedo pensar.
Tranquilidad, paz, desasosiego, todo eso en un par de minutos que hacen que, gracias a ti, mi mundo se vuelva pequeño.
Ese mundo que quizás, me haga sentir otra vez que, mi corazón vuelva a latir más rápido, que mis pies caminen más lentos y que mi mano vaya sola.
Mis ojos ahora, buscan ahora el retorno de una paz interior que hace mucho tiempo perdí en cualquier rumbo que escogí a alguna parte desconocida lejos del mar azul con olor a sal.
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